Woods gana la etapa y es líder del Tour de Romandía

Lluvia, frío y más de una hora de ascensión a Thyon 2000. El ciclismo y su épica tradicional. El Tour de Romandía se decidía bajo un aguacero. Y un galés, acostumbrado a esta climatología adversa, capeó de maravilla el temporal hasta los últimos 50 metros. Geraint Thomas intentó aferrarse a la parte baja del manillar para discutirle el triunfo a Michael Woods, pero se soltó, patinó y se cayó. Se hizo daño y cedió hasta la segunda plaza en la etapa, ya que Ben O’Connor le adelantó sin piedad. Así que Woods se llevó el triunfo en el coloso helvético y el maillot amarillo. Le saca 11 segundos a Thomas de cara a la crono de Friburgo. Se antojan insuficientes, si Thomas está listo y sin secuelas. Marc Soler entró a 53” y cedió el liderato.

Woods también se pegó un buen susto: pasó de salirse de la carretera y entrar en la cuneta al quitarse el chubasquero a reventar la subida a Thyon 2000. El Ineos quiso poner en marcha su tren, pero no carburó. El ritmo que imprimió Rohan Dennis descolgó a Richie Porte, y Geraint Thomas se quedó solo cuando atacó Woods. Sin embargo, G se recompuso y cazó al exatleta canadiense, que llegó a Suiza pletórico, con un cuarto puesto en la Flecha Valona y un quinto en la Lieja como credenciales. Se trata de su segunda victoria de 2021, a los 34 años, después un parcial en el Tour de los Alpes Marítimos y Var. Aunque Israel apostó por Chris Froome, los resultados los aporta Rusty Woods.

A Marc Soler no le salieron las cosas. Su equipo no le arropó en los momentos decisivos y él no respondió frente a los favoritos. En la contrarreloj puede perder el cajón provisional (tercero, a 33”), porque tiene a Porte a tres segundos. Para Ion Izagirre, séptimo, a 48”, parece una misión complicada, no imposible. Tras mandar callar en Estavayer, el catalán dejó otra imagen para memes cuando se mosqueó al no coger un bidón en Suen, ya que el auxiliar del Movistar no le vio, lo sujetaba demasiado alto y no alcanzó a agarrarlo. La bajada de ese puerto se neutralizó por la niebla acumulada en las cotas altas y el peligroso asfalto deslizante. La salida de la etapa se adelantó dos horas por el pronóstico de nieve y fuertes precipitaciones en Thyon 2000, una meta ubicada a 2.090 metros de altitud. La lluvia no ha dejado de acompañar al pelotón en Romandía, que ha sufrido unas condiciones desfavorables tremendas. “Unos días de mierda… aunque la dureza va bien para afinar de cara al Giro”, como resumió Peter Sagan.

Fuente: As.

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